Hace algunos meses, vi un curso en un portal de formación On-Line, que llamó mucho mi atención. El título rezaba como sigue:

“Lo que los Grandes Filósofos pueden enseñar a los Gerentes de Hoy”

Horario continuo, formación continua

© StudioLaMagica – Fotolia.com

Estaba enmarcado en la sección de “Estrategia”. Lo impartía una buena universidad. Estuve viendo la introducción y, tras darle un par de vueltas, me inscribí. Creo en la formación continua. Por eso siempre que veo este tipo de seminarios, si el tiempo me lo permite, me inscribo.

Una de las áreas que estoy desarrollando profesionalmente es la formación, tanto en su formato a distancia, como presencial. Como experimento, hice la primera parte de un curso para obtener el título de Profesor Autorizado de la Commonwealth. África es una de las zonas en las que he crecido profesionalmente y en la que sigo creciendo. Creo firmemente que el liderazgo y la forma de aprender a liderar es algo que podemos enseñar a nuestros infantes y por eso he encaminado mis pasos hacia ella.

En una de las partes de ese curso, a los alumnos se les hace un test en el que se les pregunta qué es lo que más valoran de su profesor. Ellos, con su lenguaje sencillo y propio de chavalín de cinco añitos responden que lo que más les gusta es cuando su profesor les pregunta, no les miente, les explica las cosas y les hace partícipes en las clases… entre otras respuestas. ¿Qué se hace en un curso de Gestión de Equipos para mandos intermedios? Pues lo mismo…. y ¿cuáles son los aspectos más valorados de un gerente?… pues los mismos. Sí, exactamente los mismos. Sé que es increíble, pero es así.

El profesor Fernández Aguado junto al Profesor José Aguilar, en su libro “La soledad del directivo”, exponen, para empezar, varias teorías de “Management”, vigentes hoy día y que sin embargo datan de la época de Erasmo de Rótterdam, de finales del siglo XVIII y de principios del siglo XX.

Si trazas estas reseñas en un papel y miras “a vista de helicóptero”, no es muy difícil darse cuenta de que las personas, a lo largo de los siglos y de nuestro propio devenir, tenemos las mismas necesidades, además, ahora, tenemos una gran necesidad de formación y muchas  carencias que se ven reflejadas en las organizaciones.

No es la primera vez que hablo de la necesidad de formación, de conexionar nuestro presente con nuestro pasado y de amalgamar diferentes disciplinas. Si miro a mi alrededor veo que las recetas en las empresas siempre son las mismas, desdeñamos lo antiguo, cada vez hay menos cultura del esfuerzo, no hay motivación y muy pocas veces los directivos de las empresas se preguntan por el verdadero motivo de dicha desmotivación, cuando, en muchos casos, está relacionada con la propia cultura que ellos están implantando en la empresa, es decir, con su propia manera de hacer, su falta de valores y su falta de ética, su falta de formación y su falta de aprecio por la misma. Se valora más al simpaticón que no causa problemas que al tipo serio que trabaja sin cesar y sin protestar. Por eso se van. Siempre se acaban yendo.

Es verano, llevamos a los niños a campamentos porque no podemos estar con ellos, nos preocupamos de que aprendan guitarra y chino mandarín pero ¿por qué no liderazgo?. ¿Y nosotros? ¿Qué aprendemos en verano? ¿Sería bueno que las organizaciones, durante su época estival y con su horario continuo, organizasen un plan de formación para sus empleados? Las materias son muchas y muy valiosas todas y cada una de ellas.

Pues sinceramente creo que sí. Espero que estéis de acuerdo.

 

María Gil Castaño
 
María A. Gil
 es Ingeniero Técnico Naval, ha ejercitado su carrera profesional, en diferentes empresas del sector naval, con diferentes posiciones, lo que le ha permitido, progresivamente, alcanzar una experiencia y conocimiento del entorno nada desdeñable. En los últimos 5 años, ha centrado sus pasos y los de su equipo, en el desarrollo del mercado marino en el Sur de África y Rusia, trabajando como BMQC Manager para el grupo Barloworld.

 

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